lunes, 9 de junio de 2008

en qué he estado: primer fruto




uy! pues en miles de cosas...



Me vine al Norte, atraída por la inyección de cultura y crecimiento que aprecié en mi ciudad. ¡Cielos, las voces acá siguen siendo tan lindas!!! Lo lindo también es que algo he hecho acá, no sé, al igual que el mito de la caverna, en su forma he estado dando clases de canto en distintas índoles, cooperando por un espacio digno para los coros, para las clases, aún está stand by el Musical de Broadway y el Taller de Opera. Esto aveces consume muchos espacios y tiempos míos. Hacen meses que on me siento con calma a revisar un aria, algo para Mi canto, o a leer la lista de espera de textos que tengo en la Manzarda. Pero la difusión se ha logrado.



En las últimas semanas me he dado cuenta de que ya hay un lenguaje común, ya hay más de 20 personas que entienden lo mismo que yo y eso está bueno. Y eso era lo que en el fondo quería lograr, el contenido y ya hay una escencia del canto dando vueltas en el inconciente colectivo de cierta patrte de la ciudad. eso ya es una meta lograda. Valió la pena trabajar tantos domingos y semanas completas, ahora; al igual que cuando se baja de peso, queda lo más difícil: mantenerlo.



Seguir haciendo música sin contagiarse en el paradigma la "competencia" del mercado cultural que hay acá ne la ciudad. Mantener mi intención altruísta de levantar el canto lírico en la ciudad y punto. Y ese desafío es grande, cuando te encuantras con muchas personas que enfrentan su carrera artística desde el puto de vista competitivo (yo-actúo-desde-lo-que-hace-el-otro-y-ojalá-que-haga-menos-que-yo).



Para mayor sorpresa, me he encontrado con comentarios de personas que no son mis alumnos de canto y dicen sero. ¿Es que hay algún status en esto de ser alumno mío? ¡FALSO! absolutamente falso. El canto en mi enfoque es un camino personal, puede ser para el ego o para placer, para el goce, para enfrentar la vida, lo que sea, eso lo ve cada quien. Y quien ande diciendo cosas como que es alumno mío, está apelando a un enfoque muy distinto de loq ue planteo. Pero bueno, uno se puede controlar uno no más, no al resto. Una canta, dirige coros y enseña, el resto hace lo suyo, según lo que le parezca bien, segu sus valores.



Volviendo al tema de la cultura de canto que hay que mantener. Acá, insisto señores, no hay competencia, como en las clases de Yoga, hay crecimiento personal, búsiqueda de equilibrio, de llenar el vacío de mi historia de haber ido a estudiar canto sin una cultura vocal acorde a lo que necesitaba. Es una reparación que ya dio su primer fruto, ahora a perseverar...